La Evaluación Institucional puede ser un recorrido para aprender juntos sobre nuestra Organización Educativa.
Definir el concepto de evaluación es una tarea arriesgada, existen muchas definiciones que no aproximan a este proceso que debe ser en todo caso formativo y no vivido como una amenaza o castigo. En cualquier caso, como proceso inevitable y que realizamos todos los días y en cualquier momento y situación, no podemos renunciar a él. Nos acompaña, a veces como una pesada sombra de nuestras actuaciones. También puede entenderse como nuestro reflejo en el espejo donde nos podemos plantear cómo nos gustamos, qué necesitamos y cómo queremos ser. Siendo muchas las definiciones científicas, al igual que las investigaciones en evaluación que se han realizado en nuestro contexto educativo y en otros con mayor experiencia, como es el caso del contexto anglosajón. No debe de extrañarnos, encontrar distintas miradas, enfoques o perspectivas…todo va a depender de quién la solicite, para qué se use, cómo (desde el punto de vista de las técnicas e instrumentos y procedimientos), y sobre todo que intenciones tiene y a quien/es les va a beneficiar que este proceso se lleve a cabo.
La primera pregunta sería que es la evaluación, hace ya muchos años escribí en un artículo que para mí la evaluación era una actividad inevitable e intrínsecamente humana. Hoy también lo sigo pensando, quizás un poquito más. En esta línea de argumentación, es decir al ser humana y ir dirigida u orientada al conjunto de personas que forman parte de las organizaciones educativas, nos encontramos, al menos esa es mi opinión, ante una grupos de seres humanos que traen consigo su experiencia profesional y vital, sus pensamientos, sus sentimientos, miedos, ambiciones o ilusiones. ¿Cómo integrar todos esos aspectos del ser humano y conseguir que nos pongamos de acuerdo para trabajar de manera conjunta en busca de unas metas que beneficien a la comunidad educativa? Es la imagen de los centros educativos como lo que son: “seres vivos complejos” (Lewin, 1995).
Como un organismo o un ser, piensa, actúa, se equivoca, rectifica y sobre todo aprende. Este proceso de aprendizaje puede venir por una necesidad sentida por el grupo de personas, que trabajan juntas y han decidido llevar a cabo unos propósitos, esa es una vía. O por el contrario, la iniciativa el impulso o empujón puede provenir de fuera del grupo.
La elección de los caminos nos va a dirigir a pensamientos, acciones, contradicciones y conflictos que vamos a intentar ir revelando. Son temas en muchos casos recurrentes, modelos de evaluación, auditorias, etc tomados de otros contextos donde tuvieron la oportunidad de experimentar o vivir esas necesidades antes que nosotros. Por tanto, informaciones que nos muestran rutas de trabajo, pero que no nos dan la certeza, ni la seguridad de ser la nuestro propio camino a seguir. Dilemas de la Comunidad Científica que hemos leído, estudiado y en algunos casos, vividos con fuerza, pasión, en algunos momentos del desarrollo de esta disciplina, y sobre todo direcciones para que nos conozcamos y las podamos usar cuando pensemos que son oportunas para el desarrollo de nuestra organización. Esta es una misión muy importante de la Dirección. Tener diseñadas las metas y plan de trabajo para conseguirlas y haber construido o cultivado al grupo de trabajo que las va a poner en marcha. Saber seducir o entusiasmar ante el reto que se nos plantea día a día.
Los indicadores que vemos mientras conducimos en la autopista a nuestro destino nos muestran dos señalizaciones: autoevaluación institucional y evaluación externa. Aquí nos encontramos con el debate actual : cómo coordinar la autoevaluación institucional (AUTONOMIA) y la evaluación externa (CENTRALISMO). Y desde el interior del grupo humano que tiene que trabajar en la estructura interna de la organización qué papel juega la dirección en la FLEXIBILIZACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS ORGANIZATIVAS DE SU CENTRO.
El primer camino, LA AUTOEVALUACIÓN INSTITUCIONAL nos transporta al concepto de autonomía y de desarrollo profesional. Aquí vamos a dar más importancia a las necesidades que siente el grupo de trabajo, la comunidad educativa, desde el interior de sí mismo. Qué intuye que necesitan, que desean, que les gustaría ser. La pregunta es: ¿pueden ellos decidir sus necesidades, hacer sus valoraciones y emitir juicios sobre ellos mismo y que sean válidos y creibles? Y no solo estos conceptos, sino a los derechos que tienen los profesionales de ejercer su profesión en contextos democráticos como parte integral de la formación docente. Quién desempeña las funciones (de Director/a, de Secretario/a, de Profesor/a), tiene un poder, y en consecuencia, unas responsabilidades profesionales (morales) que vienen especificadas por el papel que cada uno desempeña, como parte constituyente de la solidaridad orgánica. Hay un tema muy importante LA INFORMACIÓN que debe llegar a todos, porque la organización como los seres humanos quiere comprender el por qué de sus actuaciones. LA CALIDAD DEL DIÁLOGO entre todas las personas que forman parte del grupo de trabajo. Si además estamos inmersos en un proceso de “valoración” (donde quedan a luz, aspectos no deseados) se hace imprescindible esa calidad de diálogo entre los participantes y los evaluadores, es decir, en un intercambio de información e interpretaciones, abierto, igual, tolerante y responsable.
4 comentarios:
La evaluación institucional constituye un instrumento de gran capacidad para mejorar la calidad. Nos permite detectar los puntos fuertes y débiles o áreas de mejora. Es por lo tanto un proceso de aprendizaje continuado y una mejora constante de la Universidad.
No persigue ranking (sino compararse con uno mismo).Su importancia radica en la información y la capacidad para aprender y mejorar como organización y como profesionales.
- Se evalúa la titulación en su totalidad:
* De que forma la Institución se aproxima a las metas preestablecidas y como se procede en el completo desarrollo de la producción y distribución del conocimiento.
* Docencia, investigación y servicios.
Cuando hablamos de evaluación institucional hablamos de un instrumento eficaz para mejorar la calidad de los contenidos obtenidos por los alumnos en función de los objetivos que se han propuesto los docentes. De esta manera se obtiene la información suficiente para mejorar y evaluar tanto a alumnos como a los profesores. De esta manera se sientan las bases para comparar lo conseguido con la realidad.
LA evaluación institucional imprescindible para poder pensar en procesos de mejora en la educación, ya que a través de ella se conocen y comprenden mejor las necesidades que pueden existir y las mejoras que se pueden llevar a cabo en el terreno educativo.
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